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lunes, 18 de febrero de 2013



PORTADA DE :SEMILLA PARA EL FUTURO,DE LAW SPACE, NOVELA PUBLICADA EN 1980 POR LA EDITORIAL CERES, DE LA COLECCION  HEROES DEL ESPACIO Nº 14  --96 PAGINAS Y PORTADA DE AGENCIA NORMA.
AQUI UNA PEQUEÑA SINTESIS

Estás loco, Harold! ¡Completamente loco! Pero al mismo tiempo, eres un hombre afortunado. Porque hay que tener mucha suerte para que el director de un periódico te pague todos los gastos., simplemente para satisfacer un capricho sin pies ni cabeza. ¿Me oyes? ¿O estoy perdiendo el tiempo?


—Te oigo —repuso Harold saliendo de la ducha tan desnudo como nació—. No voy a discutir la primera parte de tu parrafada..., pero a lo que me opongo rotundamente es que consideres que el director de mi periódico tiene entrañas... ¡es como pedirle alas a un elefante!

—¿No irás a decirme que te has pagado tú mismo el viaje?

—¡Entonces sí que necesitaría una buena camisa de fuerza! ¿Por quién me has tomado? Ocho años rompiéndome los cuernos en el dichoso New York Press, ocho años dejando que esa sanguijuela de Forrester me chupe hasta el tuétano... y encima voy a pagarme los viajes...

—Sólo he visto a Forrester una sola vez —dijo Henri Cortain—, pero me bastó para darme cuenta de que no es un hombre que pague un solo dólar para que uno de sus colaboradores aunque sea el mejor, venga a examinar unas cintas de video en el archivo de la Radio-Televisión francesa...

—¿Crees acaso que le he dicho la verdad? Le he soltado un rollo..., se ha tragado el anzuelo, ha dado orden al cajero..., ¡y eso es todo!

—Lo que confirma que eres un tío con suerte..., pero ¿no vas a secarte? Me estás poniendo la moqueta hecha una porquería...

—Voy, voy..., ¿has preparado mi desayuno?

—Sí, tengo el café y las tostadas... ¿Desea algo más el señor?

—¿Café y tostadas? ¿Qué te has creído? Yo necesito media docena de huevos revueltos, un pote de mermelada, un paquete de flor de avena y cuatro o cinco tazas de café bien cargado...

—¡Me rindo! Anda, vístete..., iremos a desayunar a la cafetería de la esquina... Con un huésped como tú... acaba uno en la ruina en menos que canta un gallo.

El americano llevaba un traje gris ceniza con una camisa azul de cuello abierto y mocasines del mismo color. El francés, mucho más atildado, llevaba un traje marrón, camisa blanca y corbata de un granate discreto. Sus zapatos italianos eran de doble suela y de color ámbar.

Henri era un poco más bajo que Harold aunque pasaba del metro ochenta. La constitución de los dos jóvenes periodistas era semejante, sin excesiva anchura de hombros, pero con cuerpos perfectamente entrenados, producto de una discreta, pero continua dedicación a la cultura física.

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